San Martín, el Padre de la Patria. Su legado y su guardiana

Columnistas 16 de agosto de 2023 Por Diario PC
Se cumple un nuevo aniversario del paso a la inmortalidad del General Don José de San Martín, y el profesor Jaime Veas Oyarzo recopiló algunas perlitas en torno al Padre de la Patria.
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Por el profesor Jaime Veas Oyarzo

"Grande fue cuando el Sol lo alumbraba y más grande en la puesta del Sol.
Despierto está sobre nosotros, como una estrella protectora en nuestro cielo.
En el hogar que nos reúne, su nombre augusto es como el pan y como el fuego.
No hay argentino que no sienta dentro del alma la virtud de su recuerdo.
Guardemos siempre su recuerdo fundamental, como si fuera nuestra vida.
Con el amor con que la fruta guarda en el fondo de su seno la semilla.
Con el fervor con que la hoguera guarda el recuerdo victorioso de la chispa".

Nada mejor que las palabras del poeta Francisco Luis Bernárdez para rendir homenaje al Padre de la Patria, no sólo por sus triunfos militares o sus dotes como estratega, sino también por sus muchas virtudes públicas y privadas, su grandeza y humildad en los gestos cotidianos, la mesura en el ejercicio del poder mirando siempre el bien de la sociedad, no a la ambición e interés personal.

Consideraba a las bibliotecas como centros vivos y de convivencia cultural, como nudos que fortalecían la resistencia de malla social, como centros irradiadores de cultura que se traslada y acampa llevando cultura.

Frases célebres:
*  "No se debe hacer promesa que no se pueda o no se deba cumplir".
*  "Mi sable jamás saldrá de la vaina por opiniones políticas".
*  "Si somos libres, todo nos sobra".
*  "Mi mejor amigo es el que enmienda mis errores o reprueba mis desaciertos".
*  "El obrar bien es el ancla de esperanza en las tempestades políticas".
* "Las personas, en general, juzgan de lo pasado según su verdadera justicia, y de lo presente según sus intereses".
*  "Si hay victoria en vencer al enemigo, la hay mayor cuando se vence a sí mismo".

La guardiana del legado sanmartiniano

La nieta menor de San Martín, Josefa, continuó sus ideales solidarios. En 1861, se casó a los 25 años con el embajador mexicano en Francia, Fernando Gutiérrez Estrada, y fue la cuidadora del legado de su abuelo. Donó las cartas del Libertador a Bartolomé Mitre -que escribió una monumental biografía de San Martín- y los muebles de la casa de Boulogne-sur-Mer al Museo Histórico Nacional.

Luego de enviudar en 1904, convirtió su mansión de Brunoy, Francia, en un asilo para ancianos. Durante la Primera Guerra Mundial asistió a los heridos franceses y alemanes que llegaban a la ciudad, cumpliendo el precepto sanmartiniano "el primer título de nobleza fue siempre el de la protección dada al enemigo".

Por esa acción, la República Francesa la condecoró con la medalla de la Legión de Honor. Antes de morir (a los 87 años), donó parte de sus bienes a instituciones de beneficencia. Hoy una calle principal de Brunoy lleva en su honor, su nombre.

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