Cuarenta años

Por Gustavo Marini

Argentina, el 10 de diciembre cumple 40 años viviendo en democracia y además de cambiar el gobierno, se avecinan muchos cambios y situaciones nuevas. Un nuevo presidente, Javier Milei, alguien que surgió por fuera de los partidos políticos tradicionales, alguien sin experiencia de gobierno, pero que ganó legítimamente las elecciones para dirigir los destinos de nuestra amada Argentina por los próximos cuatro años. 

Antes de que asuma sus funciones ya se escuchan intensos debates y opiniones sobre un tiempo conflictivo y opiniones deseando el mal, queriendo desestabilizar y hacer fracasar su gobierno sin que haya empezado. Ante este panorama, ¿qué actitud debemos tomar los cristianos? Lo primero es preguntarme si mis pensamientos políticos los gobierna el Señor o me gobiernan mis propios pensamientos ideológicos. Bueno, los pensamientos de Dios no son de izquierda o de derecha y son superiores a los míos, infinitamente superiores y muchas veces no logramos comprenderlos en su totalidad, las ideologías sean estas de derecha o de izquierda son humanas y no incluyen a Dios. 

"He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí" (Gálatas 2:20). Si Dios es mi Rey y entregué mi vida a Cristo, la pregunta es si entregué todos mis pensamientos a Dios, o sólo algunos. Puedo tener pensamientos políticos determinados, pero deben estar sometidos a Dios, a mi Rey. "No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto" (Romanos 12:2). Esto incluye TODOS mis pensamientos, no algunos. 

Hecha esta reflexión es más fácil entender, aceptar y practicar lo siguiente: "Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por Él. Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así proceden recibirán castigo. Porque los gobernantes no están para infundir terror a los que hacen lo bueno sino a los que hacen lo malo. ¿Quieres librarte del miedo a la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás su aprobación, pues está al servicio de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, entonces debes tener miedo. No en vano lleva la espada, pues está al servicio de Dios para impartir justicia y castigar al malhechor. Así que es necesario someterse a las autoridades, no sólo para evitar el castigo sino también por razones de conciencia. Por eso mismo pagan ustedes impuestos, pues las autoridades están al servicio de Dios, dedicadas precisamente a gobernar. Paguen a cada uno lo que le corresponda: si deben impuestos, paguen los impuestos; si deben contribuciones, paguen las contribuciones; al que deban respeto, muéstrenle respeto; al que deban honor, ríndanle honor. No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley. Porque los mandamientos que dicen: No cometas adulterio, No mates, No robes, No codicies, y todos los demás mandamientos, se resumen en este precepto: 'Ama a tu prójimo como a ti mismo'. El amor no perjudica al prójimo. Así que el amor es el cumplimiento de la ley. Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos….." (Romanos 13:1-11).
 
La cuestión no es de derecha o de izquierda, la cuestión es el amor al prójimo. En los tiempos que se escribió esta carta gobernaba el imperio romano, el cual era un gobierno mucho más opresor que en nuestros tiempos y el pueblo tenía muchos menos derechos o casi no tenía los que tenemos en la actualidad. 

Les comparto esta historia: "Un rey tenía un siervo cristiano que siempre que podía le hablaba de las bondades de Dios a su rey. Un día el rey salió de caza con el siervo y lo atacó una fiera salvaje y el siervo mató a la fiera, pero el rey perdió un dedo, entonces furioso el rey mandó a su siervo a la cárcel. Tiempo después el rey salió nuevamente, pero esta vez lo atrapó una tribu de indios salvajes quienes lo quisieron sacrificar a sus dioses, pero al tener una mano sin un dedo le perdonaron la vida al considerarlo imperfecto para el sacrificio. Entonces se acordó del siervo y lo mandó llamar y reconoció las bondades de Dios, pero le preguntó al siervo por qué Dios permitió que él fuera encarcelado. Entonces el siervo le dijo que, si no hubiera estado en la cárcel, hubiera acompañado a su rey y él habría sido sacrificado por tener todos los dedos". 

Parecen avecinarse tiempos muy complicados, pero como el rey del cuento, a veces no vemos o entendemos las jugadas de Dios. "Recuérdales a todos que deben mostrarse obedientes y sumisos ante los gobernantes y las autoridades. Siempre deben estar dispuestos a hacer lo bueno a no hablar mal de nadie, sino a buscar la paz y ser respetuosos, demostrando plena humildad en su trato con todo el mundo" (Tito 3:1-2). 

Que Dios no me encuentre en acciones o pensamientos que se estén oponiendo a Él. Pablo perseguía cristianos convencido de sus pensamientos, hasta que se encuentra con Jesús. En el capítulo 5 del libro de los Hechos, Gamaliel, maestro de la ley, les aconseja a sus pares que no opongan a Pedro y los discípulos de Jesús, porque si lo que hacen los discípulos es de Dios, no podrán detenerlos y además se encontrarán luchando contra Dios. 

Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad (1 Timoteo 2:2). "…busquen el bienestar de la ciudad adonde los he deportado y pidan al Señor por ella, porque el bienestar de ustedes depende del bienestar de la ciudad" (Jeremías 29:7). 

Hoy tenemos la oportunidad de trabajar con el diálogo para la unidad. Nadie tiene el poder absoluto para imponer su voluntad, nadie con mayorías en el congreso, vamos a tener que dialogar para construir o seguir como una sociedad dividida. Es la oportunidad de vencer al espíritu de división instalado en nuestro país desde su fundación. La Primera Junta tenía como objetivo convocar a la Junta Grande donde estaría representadas todas las provincias del virreinato para decidir el rumbo a tomar. No llegó a reunirse en su totalidad y se alternaron gobiernos autoritarios y centralistas y se fue instalando la división entre el interior y Buenos Aires por el poder y manejo de la renta del puerto. En la declaración de la independencia de 1816 no estuvieron todas las provincias representadas (no estuvo el Litoral) y comenzaron las convulsiones internas entre unitarios y federales. 

Llegamos a Rosas y Urquiza donde convivieron casi dos países. Luego fueron conservadores y radicales, luego peronistas y antiperonistas, irrumpieron gobiernos de facto con democráticos y seguimos hasta nuestros días con divisiones que nos parece imposible de superar. "…En Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación" (2 Corintios 5:19).
 
En los tiempos que comenzaremos a vivir a partir el próximo 10 de diciembre de 2023 más que nunca debemos buscar la reconciliación para avanzar. Cumplimos 40 años en democracia, ¿será la entrada a una tierra prometida? No lo sabemos, parece no verse, pero lo esperamos en Cristo Jesús, porque no vivimos por vista sino vivimos por fe.