Miro las legislativas y pienso…

Columnistas 15 de noviembre de 2021 Por Escritores invitados
Tras las elecciones legislativas celebradas el domingo en la Argentina, varias lecturas se pudieron hacer desde los resultados y también desde el comportamiento del votante. Párrafo aparte para el votante cristiano, que pareció no darse cuenta que entre las 6 opciones, tenía un frente conformado íntegramente por gente de la misma fe.
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Por Marcelo J. Díaz (*)

Una mirada rápida al podio
Tenemos un gobierno que vive en la luna. Las palabras del presidente no incluyeron el reconocimiento de la paliza tan dura que recibió el Frente de Todos en todo el país. Siguen buscando excusas externas (pandemia, “Ah, pero Macri”, FMI, etc.), sin mirar hacia dentro de una frágil alianza electoral que no sabemos bien en qué va a terminar. Un presidente débil, cascoteado por su propia alianza, a riesgo de recibir una próxima carta (¿lo hará Kris otra vez?) que lo hunda más en la soledad de ser el líder no reconocido ni respetado de un gobierno que navega cual Titanic. 
La oposición más grande ganó, pero no es evidente quién lidera. Por un lado, parece natural que Rodríguez Larreta sea el presidenciable, pero Macri no ha dejado de asomar y no parece dispuesto a dejar de lado sus aspiraciones de seguir siendo candidato. Esto les crea un problema no menor, donde, además, Bullrich asoma con un liderazgo cada vez más importante. Por otro lado, en términos de gestión parlamentaria, lo cierto es que JxC no se destacó precisamente por frenar al kirchnerismo, sino todo lo contrario, convalidó con sus votos más de una ley controversial impulsada por el oficialismo. Veremos si de verdad quieren ser oposición o si sólo quieren ocupar las sillas del poder. 
Milei y compañía van a traer algo de movimiento en el Congreso. Su peligrosa posición de “anti sistema” va a causar más de un dolor de cabeza. Y los libertarios probarán la fuerza de sus convicciones tan radicales en el discurso… en medio del sistema. Bienvenidos los outsiders al Congreso, si sirven para espantar a los que hace 20 años viven del estado y no producen nada. Bien ahí.

Pienso que Cristina Kirchner es la gran perdedora. No tiene más en el Senado su escritorio caprichoso, y si los senadores se ponen los pantalones, el fantasma del desafuero podría aparecer sin problema. Entró gente como Luis Juez desde Córdoba, enemigo acérrimo de los K, lo cual, junto a otros, pondrán en una posición muy difícil a la Reina del oficialismo.

Billetera mata Dignidad
Lo de La Matanza no deja de asombrarme. Sus pobladores no respetaron la muerte del kiosquero, ni recordaron como se inundan, ni la falta de cloacas o de asfalto. Evidentemente, el poder clientelista K fue tan sabio como perverso, otra vez, y les volvió a ganar el corazón a los matanceros. Sean con heladeras, con televisores, con dinero en efectivo… Repito, no deja de sorprenderme la ceguera de la 3ra sección electoral.

“Oramos por vos, pero votamos el de enfrente”
Finalmente, una mirada sobre el Frente +Valores, conformado por evangélicos y católicos conservadores. También me asombra lo difícil que es, por un lado, convencer a los fieles a que respalden una lista que indudablemente los representa. Y por otro, lo casi imposible que es vencer la polarización manejada por los partidos mayoritarios. Además de un necesario análisis de la estrategia, creo que se cosechó una vez más la enseñanza que recibieron los creyentes de que la política es del diablo, etc, y que sólo un minúsculo pero valioso grupo ha entendido que no es así. El resto dice que “ora por vos” pero entra al cuarto oscuro y vota otra cosa. O alquilan sus convicciones a cambio de favores con los gobernantes de turno en sus ciudades. 
Una pena. 

Salir de la grieta
Hay un “despertar” pequeño respecto de la participación política del creyente. Es indudable. En todo el país, amigos queridos han participado en otros espacios, o han creado otros. Bien ahí. Nadie puede pretender tener el monopolio del accionar político, a todos nos cuesta y hacemos lo mejor que podemos. 
El 2023 se presenta tan cerca y tan difícil para los pequeños partidos. Todo indica que el hambre voraz de poder de los dos frentes, harán lo imposible para disolver toda otra idea de participación. Veremos cómo luchamos contra esos dos Goliat.

(*) Marcelo J. Díaz es Analista Político. Secretario General del partido Valores para mi País.

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