"Si ella no quiere, no la salvamos ni los amigos" (Otra vez, una argentina golpeada)

Columnistas 28 de octubre de 2023 Por Diario PC
Los amigos, los que la queremos, hoy la miramos asombrados y tristes. ¡Ya le dijimos muchas veces que el tipo es un tránsfuga! Que no es lo que le conviene, que ella tiene todo para crecer y salir adelante, pero, él la tiene convencida de que sin él no puede vivir.
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Por Celina Ortega Prada

A pesar de que la golpea, le corrige permanentemente la forma de hablar y hace poco hasta la encerró “para cuidarla”, ella no lo deja. Los amigos nos dijimos ya varias veces: “esta no se la va a dejar pasar”. Pero no. No te cuento la historia completa porque es larga. El tipo es un déspota y se maneja como un rey. ¡No sólo él! ¡Él y su grupo de siempre!
 
Cuando los amigos le decimos que la engaña, que está dilapidando su fortuna en prostitutas y viajes, ella mira para otro lado, agarra el paquete de polenta y revuelve la gran olla del comedor popular en el que ayuda. ¡Nos ha llegado a decir que no la queremos!

Nuestra última discusión fue por los que ella dice que quiere, supusimos que eso la iba a hacer reaccionar. Le mostramos las fotos de cómo viven, que cada vez son más los que no comen, que los matan todos los días y que no hay con qué atenderlos en los hospitales. Nos respondía que es culpa de los medios, que nos amargamos porque escuchamos sus mentiras.  En ese punto de la discusión muchos que le tenían pena, decidieron abandonarla. Otros nos quedamos. Acá estamos. Extrañamos a los amigos que se fueron y seguimos insistiéndole a ella que salga de esa relación tóxica.

¿Para qué? ¡Se puso como loca! Fue y le contó. El tipo hizo lo de siempre, la compró con regalitos, la asustó diciendo que los enemigos somos nosotros y creemos que le debe haber cortado el cable, porque si no, no puede ser que no se entere de nada. Que no se acuerde de la violencia que sufrieron sus hermanos, que no se conmueva con la vida de sus padres que le dieron todo y no llegan a fin de mes; los sobrinos chicos sin escuela y los más grandes deambulando sin rumbo como zombies. ¿No ve que los únicos que crecen son los amigos de su marido mientras ella vive cada día peor? ¡Le tiene que haber cortado el teléfono también!

Como llevan muchos años juntos, los amigos pensamos que era el famoso “síndrome de Estocolmo”. Le presentamos otros candidatos, para que vea que el amor es otra cosa, que se sienta querida, que vea su potencial... pero, no. Ella insiste y los amigos… los amigos nos cansamos y estamos empezando a pensar que a ella le gusta vivir así, que “a lo mejor es sadomasoquista y le da vergüenza contarnos”, dijo uno el otro día en el grupo de Whatsapp.
 
En estos días lo hizo de nuevo, la volvió a lastimar y ella lo volvió a elegir. Él pone cara de enamorado y festeja. No sé, ¡tengo una tristeza! Pero si ella no quiere, los amigos no podemos, por mucho que la amemos.

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