José Luis Guerrisi y un importante avance en su carrera artística

Año 2004, tocabas para Año Cero y te mostrabas en una importante gira argentina junto a la banda mexicana Rojo. ¿Pensaste en ese momento, que una década y media más tarde ibas a afianzarte en otros países y a convertirte en un músico por demás solicitado?
La gira 24.7 fue un antes y después en mi vida, ya que conocer en persona a Emmanuel, Linda, Oswaldo y Rubén me marcó profesionalmente.
Cuando los vi tocar sonaban más sólidos que el concreto. Sonaba espectacular, y por dentro me decía: “yo necesito tocar así como ellos lo hacen”.
Hoy tengo una muy bonita amistad con ellos y tanto Emmanuel como Oswaldo participaron en discos que yo produje ejecutando el bajo y la guitarra, respectivamente. Para mí es un privilegio contar con ellos en las producciones que realizo.
La verdad es que a veces uno no entiende los planes de Dios, cómo te mueves para otro país con otra cultura sin entender muchas cosas, pero hay un propósito en todo esto.
Guatemala fue un trampolín en mi carrera artística y pude conocer varios países como Colombia, Venezuela, México, El Salvador y Nicaragua.

¿Cómo transitaste los últimos diez años en Guatemala?
Estos últimos 10 años fueron de constante aprendizaje. Apenas llegué a Quetzaltenango busqué algún estudio cercano para saber sus precios y tomarlo en cuenta para pasar los presupuestos cuando me pidieran grabar baterías. 
Hice una cita en un buen estudio que estaba a una hora de donde yo vivía, fui a ver el estudio y nunca llegó el encargado. En ese momento pensé esa frase trillada: “Si quieres que las cosas salgan bien, hazlo tú mismo”.  
Me monté un home studio y empecé a aprender todo lo relacionado a la grabación, edición, mezcla, mastering y demás. 
Sigo aprendiendo constantemente, pero al día de hoy ya pude producir en Guatemala al menos 15 discos completos para diferentes artistas, aparte de las canciones en las que solo me invitaron a grabar baterías. Fueron muchas canciones en 10 años. No me pidas el número, pero sólo en pandemia grabé alrededor de 7 u 8 canciones al mes. Creo que fue un año bastante ocupado musicalmente.  

Este tiempo te llevó a ser representante de reconocidas marcas de baterías, platillos, parches y palillos. Algo que más de un baterista sueña con ser. ¿Buscaste esa meta o se fue dando? ¿Cómo fue el proceso que te llevó de ser integrante de un grupo de alabanza a entrar en la consideración de las grandes marcas para que las representes?
Después de 2 años de estar en Guatemala un gran amigo mío, Antonio Barrios, empezaba labores en Domisol, una empresa que se dedica a la distribución y venta directa de instrumentos musicales, audio y accesorios.  
Me preguntó si me animaba a ser parte del equipo de ventas de la tienda que él iba a administrar. Los días y horarios me quedaban muy bien porque no interrumpían mis otras obligaciones en ese momento, así que le dije que sí.
Luego conocí al CEO de la empresa, Jorge Labayen y empezamos a trabajar duro en la empresa. 
Don Antonio le propone a Don Jorge que yo represente algunas marcas para impulsar mi carrera como baterista y, bueno, se dio así. 
Don Jorge fue la pieza clave para hoy tener el endorsment de Baterías Mapex, 
Platillos Sabian, Parches Evans y Palillos Promark. 
Desde el 2010 al 2015 mi apoyo de Mapex y Sabian siempre fue local, pero del 2015 en adelante ya el apoyo es directo de fábrica, inclusive estoy en la sección de artistas de los  Website de Mapex y Sabian. 
En conclusión debemos de hacer las cosas para Dios bien hechas y eso va a marcar la diferencia en todos lados. 

¿Qué futuro se avizora para tu carrera después de tantos años fuera de Argentina?
Hay unos sueños que tengo en mi corazón y por los cuales estoy orando desde el 2016. Son tres, para ser exactos (pronto daré más detalles).
Sigo esperando la confirmación directa del Señor, pero mientras tanto le sigo sirviendo a full en todo lo que se pueda. Me siento honrado que habiendo tanta gente muy capacitada Dios me haya escogido para servirle en este mundo.

Entrevista: Damián Sileo